lunes, 12 de diciembre de 2011

Relámpago


Hubo una vez un hombre, Un hombre de tierra firme.
De tierra sana, fértil, de tierra a veces un poco árida.
El trajo de vuelta a mi vida el apetito, el trajo el hambre que había perdido,
me devolvió los sentidos, me regalo la visión de nuevo, me regalo sabor.

El fue un ángel de piel humana, un ángel del cual siempre estaré agradecida.
Sin querer quizás (aun que lo dudo) me despertó del miedo que me tenia opaca y sin vida.
No me pidió nunca nada a cambio, solo que guardara y practicara lo que me decía.

Fue un Padre, un maestro, un amante, un hombre ajeno, un humorista, un verdugo,
pero mas que todo eso, fue un amigo.
El escucho cada tormento (y me mostró algunos de el), el removió cada herida, para que yo
las pudiera cicatrizar.
El me grito y me exigió lo que nunca nadie (incluso yo) me había exigido, el me vio.
el me enseño a amarme, a mirarme desnuda , a gritarme para luego apreciarme.
El es mortal como yo, el también lidia con "defectos", miedos y un mal carácter, y el también como muchos, lidia con un ego.

Pero el fue mas espiritual para mi que cualquier otro ser que haya conocido.
El me ayudo a salvarme.

Agradezco siempre al universo por haberme enviado aquel relámpago, a ese ángel/hombre, a ese Maestro/amigo que siempre esta en mis pensamiento con mucho amor y gratitud.

Estas palabras son de el y para el, con mucha humildad te digo, muchas gracias por haber existido al mismo tiempo conmigo.

Se feliz compañero amigo...!